jueves, octubre 13, 2005

EL PARAPENTE Y LAS PERSONAS


El parapente y las personas

El vuelo imaginario hacia una nueva dirección de personas puede ser costoso, pero la dedicación de muchos profesionales llevará esta función a buen puerto.

Jorge Cagigas.Patrono de Fundipe.

Al leer el título de esta reflexión, uno puede pensar cuál será la relación entre estos dos asuntos. Aquellos que me conocen, y han compartido conmigo algún tiempo libre, han podido comprobar que cada vez que he visto a alguien surcando los cielos en parapente, bien en las diferentes cordilleras o en las proximidades de las costas españolas, he exclamado sin excepción: ¡Cuánto me gustaría poder volar en parapente! Tengo que confesar, después de casi veinte años con la misma frase, que he llegado a la conclusión de que no es verdad, ya que ni siquiera he ido a una escuela para solicitar información o preguntar el coste de un curso o las herramientas y utensilios necesarios; más aún, ni siquiera me he atrevido a pedirle a algunos conocidos y que practican este deporte la posibilidad de acompañarles o de compartir sus experiencias conmigo, para comprobar de una vez por todas si tenía un interés real en la práctica de dicha modalidad deportiva.Vengo observando, después de casi veinte años de vinculación a la dirección de personas, un fenómeno similar en las organizaciones. Escucho muchas frases repetidas por parte de los máximos ejecutivos de las compañías como: "Estamos comprometidos con una mejora de la gestión de recursos humanos", o la tan manida de "las personas son el activo más importante de nuestra empresa".Lamentablemente les pasa como a mí con el parapente; en el fondo lo que gusta es lo bucólico de la sensación del viento en tu cara y observar el paisaje desde una perspectiva diferente. Trasladado al ámbito de la dirección de personas, se traduciría en haber implementado una herramienta más o menos novedosa en el mundo de la gestión de recursos humanos o de poseer un departamento de la función con profesionales de reconocido prestigio profesional.La realidad es que incluso alguna organización se atreve a acudir a una escuela y preguntar por los detalles para realizar este vuelo imaginario hacia una nueva dirección de personas en su empresa. Pero una vez que empiezan a percibir lo duro y costoso que es el proceso de cambio y comienzan a sentir las primeras agujetas así como los sacrificios inherentes a la consecución del objetivo, se replantean su deseo y acaban echándole la culpa al monitor de la escuela porque ha tratado de quitarles la ilusión y las ganas de volar en parapente.Lo que sí es cierto, y de una manera especial después de la entrega de los premios otorgados por Expansión & Empleo el pasado 24 de noviembre, es que gracias a la dedicación y entusiasmo de muchos profesionales del área de recursos humanos, conseguiremos el objetivo de que la función clave en el desarrollo de las empresas españolas llegue a buen puerto, siempre con gran esfuerzo y sensaciones agridulces derivadas de la incomprensión en muchos casos de la mayoría de los estamentos.Mejores resultadosCreo sinceramente que el esfuerzo merece la pena y que los pasos firmes de profesionales dotados de amplia experiencia y conocimiento, siempre y cuando estemos dispuestos a ampliar nuestra visión del negocio, van a redundar en una mejora sustancial de la gestión de las personas en las organizaciones, y por ende en la mejora de los resultados de las empresas.Yo, por mi parte, tengo intención de inscribirme en un cursillo de parapente durante la próxima primavera para despejar las dudas de mi interés real por esta práctica deportiva y, si al final, descubro que no quiero volar, no volveré a pronunciar una palabra sobre mi gusto por el parapente. También solicito a los máximos responsables de las organizaciones y al resto de los directivos que comprendan que "entender del negocio", es también y de una manera esencial y fundamental, entender de personas.

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